
El inicio de un nuevo año nos invita a reflexionar sobre nuestra salud y bienestar. Es también un momento para replantear metas y decisiones que impacten positivamente nuestra vida. En el mundo de la medicina, especialmente en el cuidado neurológico, hay un mensaje claro y contundente: no debemos dejar de movernos.
La actividad física no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también puede prevenir y tratar un sinfín de condiciones médicas. En este blog, exploraremos la importancia de mantenerse activos, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y cómo esto está directamente relacionado con el manejo y la rehabilitación de pacientes con secuelas neurológicas.
Las Recomendaciones de la OMS
La OMS establece lineamientos claros para la actividad física, los cuales pueden ser una guía para todos nosotros:
- Adultos (18-64 años):
- Al menos 150-300 minutos de actividad física moderada a la semana o 75-150 minutos de actividad vigorosa.
- Incluir actividades que fortalezcan los músculos al menos dos días a la semana.
- Niños y adolescentes (5-17 años):
- Al menos 60 minutos diarios de actividad moderada a vigorosa.
- Incorporar actividades que fortalezcan huesos y músculos tres veces a la semana.
- Personas mayores (>65 años):
- Seguir las recomendaciones para adultos, adaptando la intensidad según sus capacidades.
- Realizar actividades para mejorar el equilibrio y prevenir caídas al menos tres veces a la semana.
El mensaje es claro: movernos es esencial para prevenir enfermedades crónicas, mejorar el estado de ánimo y mantenernos funcionales.
La Movilidad y la Rehabilitación en Pacientes Neurológicos
Como neurocirujana pediátrica, he sido testigo de los grandes retos que enfrentan los pacientes con secuelas neurológicas. Lesiones cerebrales, espina bífida, parálisis cerebral o tumores del sistema nervioso central son condiciones que pueden limitar severamente la movilidad. Sin embargo, la rehabilitación y la actividad física son herramientas fundamentales para mejorar su calidad de vida.
La neurorehabilitación tiene como objetivo recuperar funciones motoras y promover la autonomía del paciente. Aquí algunos de los beneficios más destacados:
- Fortalecimiento muscular: La actividad física ayuda a mejorar la fuerza, lo cual es crucial para pacientes con debilidad muscular secundaria a lesiones neurológicas.
- Mejora del equilibrio y la coordinación: Ejercicios específicos pueden reducir el riesgo de caídas y mejorar la movilidad general.
- Prevención de complicaciones secundarias: Mantenerse activo disminuye el riesgo de contracturas, úlceras por presión y enfermedades cardiovasculares.
- Impacto emocional: La actividad física también mejora el estado de ánimo, alivia la ansiedad y fomenta la autoestima.
Es importante recordar que el movimiento no siempre significa ejercicios intensos. A veces, algo tan sencillo como cambiar de posición regularmente, realizar estiramientos suaves o caminar unos minutos al día puede marcar una gran diferencia.
Muchas gracias por la información Doctora!